Originalmente publicado en De Avanzada
Así como lo leen: no las respeto.
Tampoco respeto las opiniones ni las ideas. ¿Por qué? Porque sencillamente no son susceptibles de ser respetadas.
Susceptibles de respeto somos las personas y los derechos (los verdaderos derechos -discusión que trataré luego-).
Considero que Fernando Savater lo expresa mejor que yo:
Seguimos con la monserga de que hay que respetar todas las opiniones, cuando lo respetable son las personas: las opiniones, por el contrario, solo se respetan tomándolas en serio y por tanto criticándolas cuando lo merecen.
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