Citas extraordinarias requieren pruebas extraordinarias de su autoría


Y parafraseando con el título, ésta es la historia de una frase que ha sido transmitida entre gentes y reinterpretada, perdiendo y ganando matices en el transcurso de varios siglos del pensamiento crítico, en una muestra práctica de la mejor transmisión cultural, la que tiene por vehículo unos cerebros orgánicos imperfectos y con una memoria orgánica que nunca procesa perfectamente toda información.

Para ello me he inspirado en una de las gentes con la que más he aprendido en mi vida, Chemazdamundi, y su extraordinario artículo ahondando en el origen de una de las frases que peor se han citado y que, asimismo, nos da todo un tratado de cómo usar bien las frases y de cómo desconfiar de la gente que parece haber sustituido la capacidad del pensamiento abstracto y de formarse opiniones propias a partir de la información que procesamos por frases que, con algo de esfuerzo, suenan bien y se almacenan en la memoria. Frases que son usadas como comodines para el debate.

Sí, ¿quién no recuerda esa maldita manía de citar autores sin poder hallar referencia concreta alguna? Algunos te dirán que Carl Sagan dijo aquello de que Afirmaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias o, en su original, Extraordinary claims require extraordinary evidence, frase comúnmente citada porque es un muy buen epítome del pensamiento crítico y que queda muy bien como encabezado para alguna web del ramo. No quiero dejar de señalar la deliciosa ironía que hay detrás, citando malamente al autor original y desconociendo su trasfondo.

Me la he encontrado varias veces por ahí, pues se ha quedado en las mentes de muchos cuando el mismo Sagan pronunciaba aquella frase en el documental Cosmos, en los comienzos del capítulo 12 (Enciclopedia Galáctica), hablando sobre las pruebas para saber de la existencia de extraterrestres. Sabía que él no la había ideado, pero creía que era de David Hume. Al respecto, nadie debería tener por qué sufrir una página incompleta en la Wikiquote en castellano sobre Hume en donde sólo se menciona como fuente un libro de Círculo de Editores publicado en 1995, sin que aparezca por ningún lado el título del libro ni su autoría.

E investigué porque de los errores se aprende. Escarbando, se puede observar que la frase efectivamente, es de Marcello Truzzi, escrita en 1978, a modo de resumen de una pregunta básica, el grado de evidencia que se necesita para demostrar las aseveraciones paranormales, aunque anteriormente ideada, acorde a su confesión.

La frase apareció ante el mundo en su artículo On the extraordinary: an attempt at clarification. Asimismo hay que agregar que es ligeramente diferente de la enunciada por Carl Sagan. Truzzi dice An extraordinary claim requires extraordinary proof, mientras Sagan pronuncia Extraordinary claims require extraordinary evidence, posiblemente recordando de manera imperfecta esa frase que leyera en la incipiente revista Zetetic Scholar.

Aunque no se pueda confirmar totalmente, esto suena plausible dado que Carl Sagan estuvo durante muchos años en el Committee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal (CSICOP), dedicado a la investigación crítica de lo paranormal y la ciencia marginal, y es de suponer que fue, además de fundador, un miembro bastante activo, aunque hay que recordar que Truzzi, a pesar de ser también fundador del CSICOP, se fue un año más tarde por desacuerdos y desacordes. Ya fuera de dicha organización, fundó la revista Zetetic Scholar, en donde sale su famosa frase. Es probable que alguien le hablara de dicha revista y que la conociera, pero esto ya va más allá de su investigación. Aunque sea algo muy plausible y que lógicamente puede pasar, no lo puedo confirmar.

O que la leyera también en el primer número de The Zetetic, en 1976, la revista oficial de la CSICOP, ahora conocida como Skeptical Inquirer, bajo la forma de And when such claims are extraordinary, that is, revolutionary in their implications for established scientific generalizations already accumulated and verified, we must demand extraordinary proof, como parte de una editorial escrita por el mismo Marcello Truzzi. Aunque, personalmente, no he podido encontrar dicha editorial, pues en su archivo sólo se halla un artículo de ese primer número. La cita bibliográfica la hallé investigando de dónde procedía dicha frase, por lo que quedaría confiar en quienes pudieron leer dicha revista.

Por otro lado, en una de sus biografías se puede leer que la frase se le ocurrió tras una lectura de David Hume, pero esto no es exacto. De hecho, el artículo en la Wikipedia en inglés es bastante mejor. Si echamos una ojeada a un artículo suyo, On Some Unfair Practices towards Claims of the Paranormal, podemos trazar de manera más exacta las inspiraciones de su frase, siempre que nos fiemos de su testimonio: David Hume, Laplace y demás autores posteriores, en donde no menta a nadie.

Cuando la volváis a usarla, por favor citad a Marcello Truzzi. Por favor. O disfrutad citando a David Hume y su A wise man, therefore, proportions his belief to the evidence, que se halla en su libro An Enquiry Concerning Human Understanding, traducida al español como Investigación sobre el entendimiento humano. También podéis gozar de otra frase de Hume, del mismo libro, que le ha inspirado, de acuerdo a su testimonio, the evidence, resulting from the testimony, admits of a diminution, greater or less, in proportion as the fact is more or less unusual.

O a Laplace, posterior a Hume, de quien asegura Truzzi que es otra de sus inspiraciones, y su The weight of evidence for an extraordinary claim must be proportioned to its strangeness, aunque hay que decir que la Wikipedia cita este artículo como fuente que sólo menciona la frase de Laplace, sin citar de dónde procede, y en Wikiquote no hay nada.

Reedición de la entrada original en la extinta Cerebro de Espuma, con ligerísimos cambios.

6 comentarios sobre “Citas extraordinarias requieren pruebas extraordinarias de su autoría

  1. Interesante investigación.

    En el fondo yo creo que las citas tienen un valor secundario, aunque es verdad que resulta desesperante que se hagan mal. Y muchas veces es triste, porque se les suele dar un enorme valor, acudiendo al argumento de autoridad citando muchas veces a gente como Sagan que detestaban tales triquiñuelas.

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  2. Hombre, no deja ser una frase cierta… y detrás de cual se esconden en numerosas ocasiones muchos «vendedores de humo»… muy de moda a lo largo de toda la historia, antiguamente con carromatos de pueblo en pueblo y a día de hoy por internet … otra cosa es el uso que le dé cada uno… ahí ya no me meto…

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