Originalmente publicado en El escéptico de Jalisco.
Vivimos en el ciclo histórico siglo llamado XXI, al que más de uno ha llamado el “siglo de la ciencia y la razón”. Sin embargo, contrario al viejo anhelo de la Ilustración, la “era de la ciencia y la razón” se encuentra invadida de superstición, fundamentalismos e irracionalidad variada.
El mundo esotérico de la (pseudo) cultura nueva era se ha propiado de los asuntos místicos y sobrenaturales mezclando ingeniosamente palabrería científica. El fundamentalismo religioso anti-científico sigue los mismos pasos «secularizando» sus términos y haciendo ver sus afirmaciones como alternativas «científicamente debatibles» y al nivel de las teorías científicas bien establecidas, tales como el Big Bang, la Física moderna y la teoría de la evolución . Mientras tanto, una combinación de estudios confusos, conspiranoia e ignorancia científico-histórica, empieza a darle lugar a los negacionismos variados, los cuales se dejan escuchar cada vez más fuerte en la sociedad. Por parte del curanderismo y la pseudomedicina, bajo la falsa etiqueta de “suplementos alimenticios” o “vitaminas”, los medios de comunicación de todo tipo promocionan productos que, más que curas, prometen milagros que son desde luego ridículos y falsos.
¿Cuál es el objetivo de este resurgir de las pseudociencias? En mi opinión, son los mismos propósitos de las «viejas» pseudociencias (tales como la astrología, el psicoanálisis o la ufología): ganar dinero, ganar adeptos y promover e imponer ideologías dogmáticas (políticas, sociales y religiosas) sin sustento por encima de la investigación científica. La pseudociencia, como un lobo disfrazado con una piel de oveja (o una bata) de científico busca aprovecharse de la credibilidad de la ciencia verdadera.
Continuar leyendo «Las «nuevas» pseudociencias*» →
Comparte esto en tu red social favorita: